Benedetta Bruzziches de 28 años ha sido confundida con una bolsa. Creció en Caparola una teátrica ciudad llena de estrechas callejuelas y fuentes, donde las personas todavía beben el vino del sótano y el ritmo de la ciudad depende en la siembra y la cosecha, Benedetta es una apasionada del cine y siempre camina con un libro bajo el brazo. Ella cree en las energías, los olores y más que todo en los deseos, en los deseos de los jóvenes pero sobre todo en los deseos de los mayores que han trabajado duro en la vida. Entrar en su estudio es como entrar en un cuento de hadas: hombrecitos de madera, pizarrones viejos y libros de poesía, estanterías que cobran vida durante la noche en la cocina. Le gusta hablar más sobre historias, formas y personajes más que sobre materiales. La colección es casi secundaria - es el cuento lo que la hace bella. ¿Qué serían las bolsas si no tendrían algo que contar?