El aclamado diseñador nació y creció bajo el sol de las Islas Canarias, en España. Su formación tiene tintes exóticos, su padre era de Praga y la familia de su madre era dueña de una plantación de plátanos. Tuvo una infancia tranquila y pintoresca, lo que le permitió disponer de tiempo para desarrollar su imaginación y genio creativo. Estudió derecho, idiomas y arte en Ginebra y París antes de abrir su primera boutique en Londres.
Más de 40 años después, los diseños icónicos de Manolo Blahnik son aún sofisticados y modernos, por lo que su nombre se ha convertido en sinónimo de calzado de lujo. Su estética no ha cambiado prácticamente nada con el paso de los años, centrándose en la creación de unos zapatos cómodos con una silueta esbelta y elegante. Cada par de zapatos atraviesa cincuenta fases diferentes en el proceso de producción y todos están realizados a mano en Italia.