Nacido en Florencia, Mario Luca Giusti creció en un entorno de gran riqueza cultural que lo estimuló y condicionó su amor por todo lo antiguo y su interés por lo moderno. A la edad de 16 años, Giusti viajó a Milán para limar su idea de belleza y elegancia, trabajando con Germana Marucelli, una asombrosa diseñadora y promotora de la moda italiana. A su retorno, transformó la empresa familiar en una realidad exitosa plasmando en la empresa su nuevo estilo sofisticado. En 2005 fundó su compañía homónima, Mario Luca Giusti, ganando terreno en los mercados italianos y extranjeros gracias a sus piezas prácticas y elegantes creadas con materiales contemporáneos. Cada año se añaden nuevos objetos y formas en una variedad de colores que varían del negro al blanco, incluyendo, en ocasiones, detalles transparentes.