La colección Invierno 24 de Bottega Veneta es, en palabras del director creativo de la marca, Matthieu Blazy, «para gente que tiene a dónde ir y algo que hacer». Es una exploración de lo cotidiano; ropa de mujer elegante que redefine la gracia como sinónimo de sencillez, honestidad y resistencia.
El motivo de la serpiente se abstrae y se repite en toda la colección en diferentes versiones, desde la elección de los materiales y los drapeados hasta los bolsos envolventes y las joyas en espiral.
La colección marca un retorno al ritual del vestir, donde prima lo esencial y los accesorios tienen un concepto de herencia. Objetos que nos heredan, de una época de pragmatismo y longevidad, para imponer una relación que resiste el paso del tiempo y va más allá de la moda.
Sus decoraciones integrales y su intencionada sencillez nos transportan a una época anterior al Intrecciato. Al mismo tiempo, toma forma un nuevo lenguaje visual. Una nueva esperanza para el futuro se encuentra en la calma del espacio negativo.
Los adornos se reducen al mínimo para permitir una simplicidad visual evocadora, creando espacio sensorial para el tacto: trajes de jersey, cuero flexible, lanas flameadas.
Tanto las prendas como los accesorios seducen y atraen a la luz del día y se erigen como monolitos en la noche.
La paleta de colores está invadida por el fuego y la profundidad del rojo, el negro carbón y el naranja quemado, con toques de claridad procedentes del azul cielo, los rosas pálidos y los amarillos, sombríos pero llenos de esperanza.
Descubre la belleza atemporal de lo cotidiano mientras frente a una arqueología del futuro.