El estreno de las Air Max 1 es un evento que merece ser celebrado como las recurrencias anuales más importantes, y Nike lo sabe. La inconfundible silueta que puso definitivamente a la marca del Swoosh en el mapa se ha convertido en la protagonista del 26 de marzo, fecha en la que el brand estadounidense organiza el Air Max Day.
Llamarla “zapatilla” es reductivo si pensamos en el camino que el modelo vanguardista ha tenido que recorrer antes de convertirse en un verdadero ícono no solo del calzado, sino de la ingeniería y de la arquitectura.
La historia de Air Max empezó en 1977, cuando Franklin Rudy, antiguo ingeniero aeroespacial, propuso a Phil Knight, cofundador de Nike, insertar una unidad de aire bajo la suela de la zapatilla para lograr una mejor amortiguación. La tecnología concebida por el genio de Rudy consistía en presurizar el aire dentro de una bolsa de uretano que fuera flexible, resistente y que no comprometiera la estructura.
Fascinado por la idea, Knight la aprobó inmediatamente y, en los nueve meses siguientes, el dúo desarrolló las Nike Air Tailwind, las primeras zapatillas en el mundo con Air Sole. El modelo debutó en 1978 en ocasión del Maratón de Honolulu y empezó a venderse unos meses más tarde, alrededor de 1979. A pesar de tener, por lo menos teóricamente, todo lo que necesitaba para ganar a la competencia, la zapatilla pronto se convirtió en una pesadilla para el brand, que tuvo que empezar a echar cuentas con el precio de una tecnología muy por delante de sus tiempos.
Sin embargo, justo cuando la ingeniería parecía no ser suficiente para luchar contra la competencia, Nike puso en juego a Tinker Hatfield, el joven arquitecto de Oregón que había sido contratado para diseñar las oficinas del nuevo campus de la empresa. Después de cuatro años diseñando edificios para la marca, Hatfield decidió aplicar sus competencias para diseñar un nuevo modelo de zapatillas que revolucionó la historia del brand y que dio vida a las primeras Air Max.
Tras un viaje a París y después de quedar fascinado por el Centro Pompidou, Hatfield se inspiró en la arquitectura del Centro Nacional de Arte y Cultura, un edificio que tiene gran parte de sus mecanismos fuera del mismo, para diseñar una zapatilla con la misma filosofía estética.
Hablando sobre cómo se le ocurrió la idea de las Nike Air Max, Tinker Hatfield comentó: “Pensé en agrandar la bolsa de aire para que fuera más estable, y en remover parte de la mediasuela para que se pudiera ver”.
En este punto de la historia, se crearon varias teorías sobre cuáles fueron las primeras Air Max. Algunos creen que fueron las Air Max Zero, ya que ése fue el primer modelo diseñado y propuesto por Hatfield, mientras que otros opinan que fueron las Air Max Big Bubble de 1986. Por un lado, tenemos una boza de un modelo que no fue creado inmediatamente ya que las tecnologías no eran lo suficientemente avanzadas; por el otro, tenemos un modelo difícil de producir a causa de las dimensiones demasiado grandes de la burbuja.
A pesar de las diferentes escuelas de pensamiento, todas concuerdan en que 1987 es el año en el que nacieron las primeras Air Max, ya que coincide con la primera presentación al mundo de las Nike Air Max 1 por Tinker Hatfield. La silueta, que no nos ha abandonado desde aquel 26 de marzo de 35 años atrás, se ha convertido en un ícono de innovación.
Para celebrar este aniversario tan especial, Nike ha participado en numerosas colaboraciones que pretenden volver a poner los focos en el modelo atemporal, que en ocasión del Air Max Day 2022 será presentado en una edición especial.
La zapatilla estará disponible en exclusiva para los miembros de nuestro Sneakers Club. Será posible registrarse a partir de las 14:00 (GMT+1) del 24 de marzo. Apúntate la fecha y ¡no te pierdas la oportunidad de conseguir un par de sneakers icónicas para tu colección!
