Jesse Dorsey y Wannasiri Kongman, cofundadores y directores creativos de BOYY
LuisaViaRoma se enorgullece en presentar la exclusiva colección cápsula de BOYY. La cápsula captura el espíritu veraniego de la Riviera italiana de finales de los años 60. La colección presenta un detalle de costuras contrastantes en forma de cinturón y hebilla como guiño a la herencia de la marca. La colección está formada por 5 bolsas, cada una más hermosa que la otra, realizadas con lona, piel de lujo y rafia macramé.
Para celebrar el lanzamiento de la colección, LuisaViaRoma entrevistó a uno de los cofundadores, Jesse Dorsey. Jesse nos habló sobre cómo conoció a Wannasiri Kongman, cómo crearon BOYY, el espíritu de BOYY, cómo las redes sociales son parte de su éxito, y nos explica cuál fue la inspiración detrás de la colección para LuisaViaRoma. Sigue leyendo para descubrir la entrevista y poder adquirir la colección cápsula.
¿Cómo inició BOYY y cómo se conocieron? ¿Por qué decidieron diseñar bolsos?
Nos conocimos una noche muy fría de febrero en el centro de New York City en 2004. No teníamos amigos en común ni nadie nos presentó, supongo que fue solo el destino. En ese momento yo hacía y producía música y Wannasiri estudiaba en FIT y era mesera. Wannasiri me contagió su obsesión por los bolsos de mano y, combinado con mi pasión creativa, dio como resultado BOYY.
¿Cómo es el espíritu de BOYY? ¿Qué significa para vosotros? Estáis de acuerdo cuando BOF describe vuestros bolsos como los bolsos “anti-It”?
La columna vertebral de BOYY es la ambición y las ganas de vivir. BOYY no sólo ha sido un recipiente creativo para nosotros, sino también una forma de florecer en la vida. Creo que somos adictos a encontrar siempre más belleza, más peligros, más luz. Cuando empezamos el brand ninguno de los dos estaba en una posición cómoda o estable, pero nuestros deseos de salir adelante eran, y todavía son, una gran fuerza.
Sobre ser los bolsos “anti-It”, es una pregunta compleja. Creo que esa frase fue publicada por primera vez en un artículo en el New York Times en el 2009, durante un momento donde lo que iba más fuerte era el lujo, los logos, los bolsos muy femeninos. Nosotros aparecimos con una actitud rebelde, diseños masculinos y sin logos. En ese momento nos describía bien esa frase, pero los tiempos han cambiado mucho desde entonces.
Para ser una marca que presume de no llevar logos o apliques con el nombre, vuestros bolsos logran resaltar y ser vistos en brazos de nuestras musas favoritas de estilo. ¿Cuándo supiste que habíais logrado posicionaros en el mundo de la moda?
Han habido algunos momentos claves que han ayudado a BOYY concretar su relevancia en el mundo de la moda, y cada vez son fenómenos similares. Estos momentos se han convertido en algo más grande de lo que hubiéramos imaginado o podido controlar, como si tuvieran vida propia. Esos momentos no duran para siempre pero siempre dejan una huella. Creo que para nosotros es la suma de esos momentos que nos han dicho que logramos posicionarnos en el mundo de la moda. Otra cara de la moneda es que nuestros diseños han sido fuertemente falsificados, y creo que eso contesta a tu pregunta.
¿Cuál es vuestro proceso de diseño? ¿Cuál es la fórmula para crear vuestros bolsos? ¿Para quién son vuestros diseños?
Nosotros no seguimos tendencias. Todo nuestro trabajo y todos los riesgos que hemos tomado nos han colocado en una posición privilegiada donde no tenemos que producir a un ritmo desenfrenado. Esto nos permite todo el tiempo que necesitamos para desarrollar nuevos productos. Solo lanzamos un producto nuevo si ambos nos sentimos profundamente emocionados. Parte de la estrategia es no tratar de ser actuales: nuestro objetivo es ser atemporales, y quizá es esa nuestra “fórmula”.
¿Qué es lo que hace a un bolso BOYY único?
Desde el día uno hemos creado nuestra propia dirección; nunca hemos tomado en cuenta las tendencias, ya que creemos firmemente que podríamos crearlas. Esta mentalidad nos ayudó a crear el camino para realizar nuestros diseños. De esto modo pudimos encontrar el factor que nos hace únicos. Y después de eso, puedes sólo esperar que los diseños que sacas al mundo puedan atraer a los demás.
¿Cuándo supisteis que era el momento correcto para expanderse y crear una línea de calzado y de gafas?
Hemos hecho crecer nuestro negocio desde el 2010, y al mismo tiempo también nuestra mentalidad también creció, lo que llevó al crecimiento de las líneas de producción. Como fundadores teníamos un acuerdo para no lanzar nada a menos que fueran diseños que nos representaran un 100% y que pudieran trascender. Siempre nos ponemos como objetivo la atemporalidad y no hacer negocios.
¿Qué rol juegan las redes sociales en vuestra marca?
Vemos las redes sociales como una ventana de nuestra marca, y también como una ventana hacia nuestros clientes y todos aquello interesados. El alcance internacional que tenemos es un privilegio comparado al pasado. Hoy en día las marcas pueden moverse autónomamente y habitar un espacio creado por sí mismas, que puede crecer sosteniblemente.
La colección cápsula para LVR fue inspirada por la Riviera italiana de finales de los años 60. ¿Puedes hablarnos más sobre la colección y sobre la inspiración detrás?
La fantasía que rodea la Riviera italiana ha estado bien presente todas nuestras vidas. Pero desde que nos mudamos a Italia en el 2018 esa fantasía se volvió real, tangible, y quizá parte de nosotros. Esta colección es un homenaje al agradecimiento que sentimos hacia la fantasía y la realidad de este lugar.
¿Qué sigue para BOYY?
Tenemos grandes planes, pero preferimos no compartirlos para no arruinarlos 😉
Un agradecimiento especial a Jesse Dorsey y Wannasiri Kongman.
